sábado, 25 de septiembre de 2010

No quiero que mires el caos que hemos permitido, el tamaño del vacío que hemos dejado, ni hagas caso de alarmistas, mesías o suicidas. Para ti quiero paseos por la playa, días de campo y lluvias eternas en la selva; abrazos por la mañana y besos cargados de esperanza. Sé que no he hecho mal, pero tampoco algo bueno por salvar lo que vamos perdiendo. Por ahora se debe estar con la pistola en el cinto y el funeral en el pensamiento. Si todo sigue igual, será porque yo también lo dejé pasar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario