viernes, 10 de diciembre de 2010

Mensajes desde el mundo bonito, 1

Me gusta cuando, al poner el primer pie, el autobús arranca: es como si tuviéramos que llegar a un lugar importante o fuera una película de acción; además, al subir debo mantener el equilibrio y sujetarme de donde pueda. También suelo jugar a adivinar cuántas personas puede meter el conductor -siempre me sorprendo-; se acaba, parafraseando a c. monsiváis, la física y comienza el realismo mágico: dos personas ocupan el mismo espacio. Bajar... otra aventura... El conductor tiene prisa por escapar o llegar, no lo sé, y yo debo continuar descubriendo el mundo bonito

sábado, 4 de diciembre de 2010

XVI. Los que no tenemos definición como tampoco tenemos carro.

Si para eduardo galeano la brevedad de la obra de juan rulfo puede representarse como a éste haciendo el amor de manera frenética, para luego echarse a dormir; tal vez podría agregar a lo que será la mía lo que dijo juan carlos onetti de su forma de trabajar comparada con la de mario vargas llosa: "él [llosa] tenía relaciones matrimoniales con la literatura mientras que las suyas eran adúlteras". aunque, tomando otra frase de galeano, quizá mi obra no tendrá definición como tampoco tengo carro.

viernes, 3 de diciembre de 2010

XIII. Hacia la meta.

Se dice que la llegada de Benito Juárez a su oficina coincidía con las campanadas de las nueve, lo que hizo comentar a sus críticos que se comportaba como un albañil; de Immanuel Kant, quien pasaba exactamente a la misma hora por los mismos lugares, se dice que uno podía poner en tiempo su reloj al verlo pasar. Un estadista y un filósofo dedicados a su destino: como Hermann Hesse escribió, su meta los atrajo, es decir, no dejaron “penetrar nada en su alma que pudiera entorpecer el camino hacia su meta”.