viernes, 3 de diciembre de 2010
XIII. Hacia la meta.
Se dice que la llegada de Benito Juárez a su oficina coincidía con las campanadas de las nueve, lo que hizo comentar a sus críticos que se comportaba como un albañil; de Immanuel Kant, quien pasaba exactamente a la misma hora por los mismos lugares, se dice que uno podía poner en tiempo su reloj al verlo pasar. Un estadista y un filósofo dedicados a su destino: como Hermann Hesse escribió, su meta los atrajo, es decir, no dejaron “penetrar nada en su alma que pudiera entorpecer el camino hacia su meta”.
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